Friday, 17 March 2017

No al impuesto de timbre nacional en la expedición del pasaporte colombiano








Esta causa tiene como objetivo solicitar la eliminación del impuesto de timbre nacional o en último caso la exención del impuesto para  los/as colombianos/as en el exterior.


El aumento del 10% en el impuesto de timbre nacional, afecta directamente a los casi cinco millones de colombianos/as residentes fuera del país.


La publicación de este Decreto 2200 de 2016 (30 de diciembre de 2016) coincide en el tiempo con la reforma tributaria en Colombia lo que significa que se debe pagar 107€ ($336.000 pesos) o 145 US$ ($435.000 pesos) por la expedición del pasaporte ordinario en cualquier consulado de Colombia. Es un valor desorbitado si tenemos en cuenta que el pasaporte en Colombia cuesta $163.000 pesos.




+Claudia RMoreno @ClaudiaRMoreno

Migración Colombiana









Infografía publicada en la Plataforma de la sociedad civil colombiana y en el periódico el Tiempo (Colombia)


+Claudia RMoreno @ClaudiaRMoreno

Sin un censo actualizado es imposible una verdadera política pública migratoria



Londres, 31 de octubre de 2016

La paz es el tema de actualidad para todos nosotros. Como colombiana, estoy a la expectativa de lo que sucederá, pero con la firme convicción de que saldremos mejor parados que antes del día del plebiscito.

En estas semanas, Colombia ha sido tomada por la ciudadanía, presionando para que no continuemos con más años de negociaciones y, lo más importante, para no continuar con esta guerra. La diáspora colombiana no se ha quedado atrás y también ha salido a las calles como muestra de apoyo a las movilizaciones en Colombia, trabajando en red con Colombia y otros países y tal vez, uniéndonos como antes no había sucedido.

Es así como nuestro papel como diáspora vuelve a ser relevante y no sólo en cuanto a la participación dentro del actual proceso de paz, si no en todos los espacios que nos unan con nuestro país. En este sentido, retornando a nuestra realidad como migrantes no podemos pasar por alto que aún no se ha constituido la Mesa Nacional para las Migraciones y que es un tema importante para nuestra participación e incidencia en la política pública de Colombia.


El movimiento de personas hacia otras zonas es tan antiguo como la historia humana. La migración puede ser interna, del campo a la ciudad, o externa generalmente a grandes ciudades de otros países. Según Naciones Unidas, se estima que a nivel mundial hay 232 millones de migrantes internacionales. 

Alrededor del 50% de los migrantes internacionales residen en diez países altamente urbanizados y de ingresos altos, como: Australia, Canadá, Estados Unidos de América, Alemania, España, Francia, el Reino Unido, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y la Federación Rusa. La tendencia en este movimiento a las ciudades es cada vez más significativa. Según datos del informe realizado por la OIM, en el año 2014 más del 54% del total de los habitantes del planeta ya viven en zonas urbanas.

Esta movilidad permite que conectemos las comunidades dentro y fuera de las fronteras, aportando nuestros conocimientos, nuestras costumbres culturales, nuestro trabajo bien sea cualificado o no cualificado, nuestros recursos económicos y de apoyo, nuestras habilidades transferibles, etc.

El censo del DANE en el año 2005 indicó que el número de colombianos/as en el exterior era de 3.378.345. En el 2012, el Ministerio de Relaciones Exteriores estimó que la cifra era de 4.700.000. Sin embargo para el Banco Mundial, el número total de emigrantes colombianos/as en el exterior para el 2012, era de 2.122.100.

Desde el 2008 un gran número de colombianos/as residentes en países de Europa y en Estados Unidos han regresado al país. La crisis económica mundial que ha afectado a los principales países de destino de los migrantes colombianos/as y el aumento de restricciones en materia migratoria podrían ser las causas, según la Organización Internacional para las Migraciones (2012).
A día de hoy no contamos con una cifra exacta de las personas que residimos fuera del país y cuáles son nuestros principales países de destino. Es un problema generalizado en muchos países donde no se invierte en realizar censos periódicos, por tanto la información suele estar desactualizada. Esta falta de datos reales imposibilita tomar medidas adecuadas tanto en nuestros países de origen como de acogida.

Sin embargo, sin la existencia de este censo y sin una caracterización de la población en el exterior, por primera vez se ha incluido a los/las colombianos/as en el exterior en el Plan Nacional de Desarrollo 2014 -2018. La Ley 1753 de 2015 (Plan Nacional de Desarrollo) en su artículo 4 indica que para consolidar los pilares de Paz, Equidad y Educación se incorporarán estrategias transversales que cobijarán a la población colombiana residente en el exterior. Estas estrategias son: Competitividad e infraestructura estratégicas, movilidad social, transformación del campo, seguridad, justicia y democracia para la construcción de paz, buen gobierno y crecimiento verde.

Aun cuando es una buena noticia, no es posible determinar a priori qué tan efectiva puede ser esta inclusión en el plan de desarrollo 2014-2018 si no se contó con la información previa para diseñarlo conforme a nuestras necesidades y situaciones, asignando un presupuesto acorde a ellas, como quedó evidenciado en el debate de control político del pasado 25 de octubre. La disparidad de datos sobre el número de colombianos/as en el exterior impide desarrollar una verdadera política pública migratoria.


@ClaudiaRMoreno

Artículo publicado en la Plataforma de la sociedad civil colombiana para las migraciones.

La paz no solo se firma en la Habana, el cambio empieza desde adentro





El 23 de junio de 2016 se firmó en la Habana el cese al fuego bilateral y definitivo entre las FARC-EP y el Presidente Juan Manuel Santos. Como ciudadana estoy a la expectativa de este nuevo camino y al cómo nos enfrentaremos como sociedad a este nuevo rumbo.

Llevo 15 años viviendo fuera de Colombia. Estar fuera no significa no estar al día de la actualidad en Colombia, es simplemente una relación distinta y desde la lejanía. Esta distancia también me ha permitido ver nuestra idiosincrasia con otros ojos y en especial la forma como nos relacionamos con las demás personas.


Durante estos años he participado en diversas iniciativas relacionadas con Colombia y he sentido estos espacios como una Colombia en pequeño, con todos los ingredientes del país; diversidad de sectores, ideologías, pensamientos y deseos. Participando en un grupo de colombianos interesados en aportar ideas al proceso de paz en Londres observé con asombro como se replican ciertas dinámicas negativas; por ejemplo la lucha por controlar la información, transmitirla de manera conveniente, irrespetar los diversos puntos de vista y en mi opinión la peor, la mentira y/o las verdades a medias para desprestigiar a los demás. Experiencia que me hizo reflexionar y ver con tristeza que no es posible un país en paz si se siguen perpetuando cada una de esas dinámicas.
Volviendo al tema de la paz, no se trata si se firma o no un acuerdo de paz, se trata que si nosotros como ciudadanos no empezamos a cambiar esa forma de relacionarnos nada se transformará y los conflictos pequeños o grandes continuarán.

Si queremos creer que un país en paz es posible, ésta es nuestra gran oportunidad de transformar la forma de relacionarnos, de escucharnos, de hablarnos, de respetarnos. Un conflicto siempre da la posibilidad de realizar un cambio. ¿Pero cómo hacer ese cambio? Pues no seguir siendo cómplices en situaciones donde personas cercanas a nosotros; como nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo o estudio perpetúan comportamientos poco éticos. El problema de fondo es que a pesar de que sabemos que están sucediendo no decimos nada al respecto. No se trata de buscar culpabilidades en cada uno nosotros, es entender que vivimos en una cultura del todo vale y oponerse a ello puede generar problemas. Por eso el miedo a decir lo que sentimos; no queremos tener discusiones, problemas e incluso no queremos perder el trabajo o la amistad.

Por tanto, en pro de esta transformación, como miembros de una sociedad que desea una paz verdadera y duradera debemos tomárnoslo como algo personal ¡Claro que nos afectará tarde o temprano! Si no decimos nada a las personas que realizan dinámicas poco éticas, ellas asumen que pueden hacer todo lo que quieran y que pueden usar todos los medios necesarios para cumplir sus objetivos. Y cuando menos nos demos cuenta estarán ostentando el poder, ocupando cargos de dirección o cargos públicos o decidiendo acerca de nuestro bienestar y futuro.

Con tan solo el hecho que cada uno de nosotros realice ese cambio de tolerancia cero al “todo vale” esta nueva forma de relacionarnos empezaría a multiplicarse en nuestro círculo cercano, que a la vez lo replicaría en otras redes. Y tal vez algún día nos permita convivir y crecer en una sociedad más respetuosa, en paz y en donde se cumpla a rajatabla el “no todo vale”.

Artículo publicado en Las 2Orillas


@ClaudiaRMoreno

Londres pide espacio dentro de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones






Londres fue una de las ciudades que no estuvo dentro de la programación inicial de Cancillería a través de su programa Colombia Nos Une para participar en la realización de propuestas para la Ley 1465 de 2011 y discutir acerca de la conformación de la mesa de la sociedad civil. Sin embargo, se realizaron 2 reuniones con el apoyo del Cónsul de Londres, Rafael Merchán.

Las reuniones fueron realizadas los días 19 y 26 de abril de 2016. En general, Londres ha coincidido en muchas propuestas planteadas por los distintos países en la ciudad de Bogotá el pasado 29 de abril.

En especial, en Londres se acordó que era esencial crear una mesa permanente de la sociedad civil dentro de las instalaciones de los consulados; que las propuestas presentadas por los distintos países sean tomadas en cuenta y se den respuestas a los aportes, así como la  creación de mecanismos que permitan la participación de la población colombiana en sitios donde no existe representación diplomática o se encuentran muy alejados del lugar de residencia.


Ahora bien, me preocupa que toda la información que se recogió en la reunión del 29 de abril, no se socialice con quienes no tuvimos representantes en la reunión o que por mera liberalidad queremos ser partícipes activos en esta mesa.

Por otro lado, los voceros (en el caso de las ciudades que tuvieron) no son los representantes de cada país, fueron solo voceros para esa reunión. En este sentido, la comunicación entre Colombia Nos Une (Cancillería) y la población civil no debe ser solo a través de los voceros. Razón por la cual, toda la información debería ser difundida por los propios consulados, embajadas y buscar mecanismos que permitan ampliar los canales de difusión.

Por lo que es necesario prepararnos para el próximo encuentro que se realizará en noviembre en Bogotá con la intención de la conformación de la mesa de la sociedad civil, es necesario realizar más encuentros en Londres con el fin de tener una representación en esa reunión y en especial en la mesa de la sociedad civil.

La participación ciudadana es esencial dentro de cualquier sociedad con el objetivo de propiciar cambios que nos beneficien en colectivo, si son necesarios. La participación no se limita a una votación cada determinado tiempo y a considerar que los que deben trabajar y hacer las cosas por nosotros/a son las personas que están elegidas en Colombia.

Finalmente, otro tema bastante llamativo es la falta de capacidad para trabajar unidos en un tema que debe importar a la emigración Colombiana con intenciones o no de regresar y las personas que ya han regresado. Es importante trabajar por un objetivo común y no descalificar los procesos realizados en otras partes o a personas que han trabajado en ellos, lo cual genera desconfianza y no permite avanzar en temas de interés colectivo.

@ClaudiaRMoreno

Voces desde Londres: ¿Por qué debe interesar el Sistema Nacional de Migración?

Londres, Reino Unido. Por Claudia Reyes Moreno y Sol Giraldo Salazar

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores alrededor de 4.7 millones de colombianos/as vivimos en el exterior.

Con el fin de reconocer esa realidad se impulsó un proyecto de ley que posteriormente se convirtió en la Ley 1465/2011 del 29 de junio, que creó el Sistema Nacional de Migración con el propósito de elevar el nivel de calidad de vida de la comunidad colombiana en el exterior; la ley tiene la intención de trabajar las dos realidades de emigrante y migrante.

Esta ley surgió de la necesidad de ver a la población colombiana residente en el exterior como sujetos de derecho más allá del simple envío de remesas.
Desafortunadamente, esta ley sigue sin reglamentación por lo tanto su aplicación no ha sido posible.

Es así como desde finales del año pasado se está intentado sacar del olvido esta ley y darle vida material. La falta de reglamentación de la ley se debatió en el control político realizado en el Congreso el 2 de Diciembre de 2015.
En este sentido, algunos Consulados de Colombia han convocado dentro de sus instalaciones a reuniones con el fin de elaborar propuestas y recomendaciones al Sistema Nacional de Migración.

Ahora bien, teniendo en cuenta que se intenta implementar el reglamento que le de vida material a esta Ley, la participación de la comunidad colombiana en el exterior debería ser alta y representativa; los/las migrantes y sus familias deberían ser el pilar de la reglamentación de la ley, incorporar sus visiones y recomendaciones es vital para que el funcionamiento del Sistema Nacional de Migración se ejecute de acuerdo a las realidades de los/las migrantes.
Sin embargo, varios Consulados, entre los que se encuentra Londres, no han convocado aún a dichas reuniones y no han difundido la importancia de esta participación y la existencia de dicha ley.


A la desinformación y desconocimiento de esta Ley se suma la desarticulación de los/las colombianos/as en el exterior, lo que dificulta llegar a consensos en nuestras necesidades.

La Ley nos trata como un colectivo homogéneo, “colombianos en el exterior”,  sin embargo la reglamentación debería tener en cuenta que las necesidades y características de la población colombiana varían de acuerdo al país y continente de residencia. En este orden de ideas, es posible que las necesidades y situaciones a las que se enfrenta la población colombiana residente en Estados Unidos sean diferentes a las de los residentes en el Reino Unido. Esto refuerza la importancia de enviar propuestas por parte de la población colombiana en el exterior.

La Cancillería, a través del programa Colombia Nos Une, ha creado un formato donde los colombianos/as podemos enviar propuestas en línea para la reglamentación de la ley, y existe una metodología que los consulados pueden implementar para que haya participación de la sociedad civil. Pero algunos Consulados de Colombia en el exterior no han difundido ni la ley ni la metodología de participación.

 @ClaudiaRMoreno